En la actualidad muchas son las empresas que estudian la posibilidad de cambiar un sistema tradicional y manual de trabajo, por un sistema automatizado. En ocasiones se puede pensar que lo único importante es el ahorro de personal que pueda suponer (con el consecuente temor de los trabajadores a su implantación) pero, nada más lejos de la realidad.
En primer lugar, serán los propios trabajadores los que se verán beneficiados de una mayor calidad en el desarrollo de su trabajo. Ya que tendrán que supervisar el comportamiento del sistema (todo sistema automatizado requiere de un control por personal humano), realizando los ajustes y configuraciones necesarios para el buen funcionamiento del mismo. A nivel físico, se reducirá su carga de trabajo considerablemente. Por otro lado, a nivel de seguridad, el trabajador verá elevadas sus condiciones laborales.
Obviamente, no podemos dejar de lado el ahorro que supone para la empresa a nivel de costes. Los tiempos de procesamiento de información se verán reducidos. El coste de personal se podrá ajustar en mayor medida. Y, el tiempo y dinero dedicado al mantenimiento se disminuirá considerablemente.
En otro orden de cosas, para la empresa, la automatización de un proceso, permitirá dedicar tiempo al análisis y estudio de nuevos productos, lo que abriría las puertas a nuevas líneas de negocio.
Finalmente, por entrar en temas muy de moda en la actualidad, un sistema automatizado permitirá un uso eficiente de la energía y una disminución de la contaminación medioambiental.
